El ejército de los EE. UU. mantiene una enorme cantidad de proyectos de investigación abiertos, y algunos de ellos también dedicados al desarrollo de exoesqueletos. Quizás lo que choque más del prototipo de MAXFAS es que se va a utilizar para enseñar a los soldados a aprender a disparar más rápidamente.

Este exoesqueleto mejora la puntería del soldado y reduce el tiempo y la munición necesaria durante el adiestramiento básico de los nuevos reclutas. Su funcionamiento consiste en proporcionar más firmeza a la sujeción del arma durante el entrenamiento, ya que los que no están acostumbrados a disparar suelen tener peor pulso cuando intentan apuntar a un objetivo a distancia.

El exoesqueleto de fibra de carbono corrige mediante cables los temblores del portador, distinguiendo gracias a unos sensores entre movimientos voluntarios e involuntarios para realizar su función. Se basa en un diseño de la Universidad de Delaware para ayudar en la recuperación de víctimas de íctus cerebrales. El creador del exoesqueleto no descarta que algún día se pueda utilizar como parte del equipo táctico de un soldado gracias a su poco peso.

Vía: EnGadget.