La semana pasada Grooveshark cerró, una de las webs más antiguas para descargarse música. Legal e ilegal, y no a partes iguales. La batalla legal de las discográficas por cerrar la web ha hecho que posiblemente deban además 736 millones de dólares en concepto de indemnizaciones. Grooveshark borró sus servidores, eliminó sus cuentas en redes sociales, y pidió perdón públicamente.

Entre medias alguien se dedicó a duplicar el contenido almacenado en la web, y estiman que consiguieron el 90% del mismo, y está trabajando en recuperar el 10% restante. La finalidad, ya os habréis imaginado, era hacer que la web original volviera a funcionar, y lo ha conseguido (aunque no añadiremos un enlace a ella, pero no os resultará difícil saber dónde está alojada ahora).

Se avecina una nueva batalla legal contra esta nueva web, pero que llegará por dos frentes: el de Grooveshark y el de las discográficas. El vuelco que se ha dado a la situación de Grooveshark se puede calificar cuanto menos de curiosa.

Vía: BGR.