Microsoft ahora es de los defensores de realizar pruebas públicas de sus productos. Como ejemplo, la semana pasada llegaba la beta de Office 2016 para Mac, que es todo un cambio de rumbo de la compañía. El máximo exponente de estos nuevos derroteros es que Windows 10 está teniendo beta pública desde el año pasado, y ya ha atraído a más de dos millones de usuarios.

Con una fecha de lanzamiento en torno al verano, Microsoft estaría preparando aumentar la velocidad de distribución de nuevas versiones de Windows 10. Pero se están encontrando problemas a nivel interno para hacerlo, puesto que cada nueva versión requiere de una serie de validaciones antes de lanzarlas. La versión de los desarrolladores (Canary) pasan a los validadores (OSG), a los trabajadores de Microsoft, y luego a los Windows Insider.

Microsoft por ahora se había mantenido en el lado de lanzar versiones estables, pero están valorando internamente llegar a un mayor compromiso entre velocidad de distribución de cada versión y los fallos que puedan colarse en ellas. Esto hará que en vez de disponer de una única versión en marzo puedan llegar dos, en base a los cambios de procedimientos internos que están realizando. Lo que seguirán sin hacer por ahora es no anunciar previamente fechas para la distribución de nuevas versiones.

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Vía: TechCruch.