Desde los primeros pasos de Android, Google vendió su sistema operativo como la mejor alternativa a iOS debido a que era open source y cualquier fabricante podía vender teléfonos sin pagar licencias. Pero lo que era así al principio de los tiempos, ahora es una verdad a medias.

Con más de 1.000 millones de dispositivos ejecutando Android en el mundo en la actualidad, Google ha empezado a tomar otra dirección para recuperar el control de su sistema operativo. La forma de hacerlo no es otra que a través del elenco de aplicaciones de sus servicios que en la actualidad han pasado de ser de código abierto a código cerrado.

Esto incluye a aplicaciones básicas como Gmail, Maps, Google Now o Hangouts, y que si algún fabricante de Android quiere incluirlas en los teléfonos que vende, no tiene más remedio que pagar una licencia.

Pero no contentos con esto, además el terminal debe recibir el visto bueno de Google si quieres incluir las aplicaciones de código cerrado de la compañía, lo que Ars Technica indica que sería como besarle el anillo al Rey. El motivo no es otro que si quieres recibir el visto bueno, debes enviar tu versión de Android para que lo valide, y si encuentra alguna aplicación en esa distribución que no le guste, no te va a dejar que incluyas Gmail, Google Now o Maps.

Es lo que ha ocurrido con un servicio de mapas que no recopilaba información privada (como hacen prácticametne todas las aplicaciones de Google) llamada Skyhook. Actualmente la compañía está en juicio contra Google porque ningún fabricante de teléfonos Android puede incluirla si quiere recibir el visto bueno para incluir el pack de aplicaciones made in Google. Además, ese pack es inamovible: o todas o ninguna. No puedes inlcuir en tu versión de Android Gmail sin incluir Maps o Google Now.

Creo que los tiempos del código abierto han quedado ya bastante atrás en Android, y ahora es el ecosistema que Google quiere: controlado por el, aunque sea indirectamente. Si cogemos de ejemplo Fire OS, la versión de Android de Amazon, no veréis ninguna de las aplicaciones básicas de Google. Ni siquiera Google Play.

Al tratarse de una versión, no tiene el visto bueno de Google y por tanto no puede incluirlas. Poco a poco, y con la última versión incluida en la tableta Amazon Kindle Fire HDX, las aplicaciones de correo y calendario de Amazon empiezan a ser utilizables y a plantarles cara a las de Google.

Así pues, Google está utilizando sus aplicaciones, esas que todos los usuarios esperan ver en una distribución de Android, para controlar lo que hacen los fabricantes con Android.

Algunos diréis, ¿y qué más da? Si las aplicaciones de Google son las más maravillosas del mundo y las que quiero usar a diario. La respuesta a esto es: Android se vendía como que cualquiera podía hacer lo que quisiera con el sistema operativo, a diferencia de Apple que no deja hacer nada en el suyo. Además, es cortar las alas a versiones mejores de Android que quizás necesitaran solo una o dos de esas aplicaciones de Google, aportando versiones mejores de las demás al usuario final. En definitiva, que Android no es lo que era, y se dirige cada vez más a ser un ecosistema controlado por el mandato de Google. ¡Larga vida al Rey! Ironía...

Siempre quedarán a los usuarios más adelantados (una minoría) el instalar versiones de Android o ROMs más personalizadas y al gusto de cada uno. Ese aspecto de Android siempre seguirá siendo uno de sus fuertes. Pero se empieza haciendo unas pocas (e importantísimas) aplicaciones de código cerrado y luego, quién sabe...

Recomendable lectura: Google's iron grip on Android: controlling open source by any means necessary.

Fuente: Ars Technica.