El primer trimestre del año fue uno de los peores para los fabricantes de PCs de las últimas dos décadas, con un retroceso cercano al 14 por ciento. En este segundo trimestre han sufrido un nuevo retroceso, del 6.9 por ciento según IHS iSuppli, una de las principales empresas de análisis del mercado tecnológico, en las ventas de computadoras portátiles.

Es especialmente grave porque el segundo trimestre del año, durante la última década, estaba caracterizado por un aumento de las ventas. La tónica general de los usuarios es el abandono de la plataforma tradicional (su PC de sobremesa o portátil) por las tabletas e híbridos, asentando cada vez más la era post-PC que anunciara hace unos años Steve Jobs con el iPad, de la que muchos se rieron, pero que es toda una realidad a día de hoy.

Ni siquiera los ultrabooks están consiguiendo que se cambie la tendencia, y el único que no bajó sus ventas en el primer trimestre fue Apple, que se quedó con las mismas ventas de Macs en el cuarto trimestre de 2012 y el primero de 2013. El segundo y tercer trimestre seguramente sea flojo (¿hablarán de el gran cataclismo de Apple?) por la falta de presentación de novedades en la gama salvo por el MacBook Air remodelado.

Pero este año va a ser especialmente malo porque los nuevos procesadores Intel Haswell no han conseguido mejorar apenas en rendimiento a la generación previa Ivy Bridge. Manteniendo solo unas ganancias marginales, en el mayor aspecto que han conseguido mejorar sus procesadores es en el consumo, útil solo en los portátiles. En los equipos de sobremesa nos da igual comprar un Intel 3770K que un 4770K (tope de gama prácticamente), con la única diferencia de que uno cuesta 280 euros y el otro cuesta 380 euros.

El usuario no tiene necesidad de un cambio de procesador en sus equipos tan rápidamente como hace cinco años, y eso, también es debido a la gran labor de Intel al seguir con la Ley de Moore de los procesadores, y a la gran potencia y rendimiento que sigue teniendo un Core i7 de hace tres años. ¿Está matando Intel a la industria del PC? Quizás, lo que lleva a un máxima: renovarse o morir. O más bien, innovar o morir.