Amazon tiene uno de los modelos de negocio más curiosos de todo el sector tecnológico actual. En estos momentos, y tras años de grandes beneficios, lo que menos le importa es el balance a final de año de sus cuentas. Al menos, le importa que no sean un desastre. ¿La estrategia de Amazon? Que todos usemos sus productos y compremos en su tienda online.

El desembarco en España hace año y medio trajo algo que demuestra esto perfectamente. Se trata de Amazon Premium, el servicio que permite comprar prácticamente cualquier producto que venda Amazon directamente sin gastos de envío, con una mínima tarifa de 15 euros al año. Atendiendo a que hice como 15 o 20 compras en 2012 en Amazon, entre regalos y compras para amigos y familiares que no tienen cuenta, creo que lo tengo más que amortizado. Muy rentable no les debe de salir. O quizás sí.

De las empresas tecnológicas es la única que, vayan como vayan las cosas, siempre se va a poder dedicar a lo que mejor hacer: vender de todo a todo el mundo. Eso no lo puede decir Microsoft, Apple ni Google. Si en algún momento se hunde, digamos, el sector de los smartphones o a Google le sale un competidor potente, se hundirán. Pero Amazon puede resistir que sus tabletas no se vendan o que su proyecto de Amazon Prime (competencia de Netflix) se hunda, ya que siempre podrá seguir vendiendo de todo a todo el mundo. Porque con los márgenes tan bajos de beneficios que maneja, es difícil, o casi imposible, que les salga ningún competidor.

Según como se mire, están hundidos ahora mismo porque son dos de las secciones de Amazon que lideran las pérdidas. Pero Amazon es una empresa que lo que quiere es que los usuarios estén atrapados en su ecosistema. Ya sea comprando sus ebooks, tablets o servicios de películas o música, incluso si eso significa vender casi a precio de coste sus productos tecnológicos más nuevos. Tienen suficiente dinero como para meterse en todos esos negocios a la vez, y "tan solo" perder 39 millones de dólares en un año, con unas ventas de 61.000 millones en total. Las cuentas realmente han remontado en el último trimestre, con unos beneficios de 405 millones. Y con eso, el año ha sido prácticamente plano.

También parte de esa apuesta tecnológica venga motivada por su Amazon Web Services (AWS), al que le saca bastante rendimiento económico. Es una forma de ajustar las necesidades de tráfico de una página Web (o servicio de Internet, como streaming de músicas o películas) a las solicitudes reales, levantando o suspendiendo servidores automáticamente. Es un poco más complejo que esto ya que son varios servicios distintos a los que da servicio, pero como base para entender lo que es en este artículo sirve perfectamente. Porque AWS le sirve para minimizar pérdidas en la puesta en marcha de servicios de Internet de todo tipo, incluso el mantenimiento de sus diferentes webs.

La filosofía de Amazon es así de simple, y así de curiosa. Y poco a poco, se ha introducido entre las grandes empresas tecnológicas a nivel mundial, con buenos productos y un buen ecosistema. Quizás no se note tanto en un mercado como el español, pero en otros países, sobre todo EE.UU, sus productos son número uno de ventas.

¿Y cuáles son sus previsiones para 2013? Más pérdidas ajustadas para el primer semestre, y beneficios en el segundo. A finales de año quedará un balance similar. Y a Wall Street no le importará, porque es la estrategia de Amazon. Muy diferente de la de Apple, que incluso batiendo récords de ventas ha bajado su cotización en bolsa y ha dejado de ser la empresa tecnológica de mayor valor del mundo. Vuelve a serlo Exxon. Pero eso, a Amazon, no le importa.