Durante el verano cada vez más cadenas se animan a preparar una oferta especial de series para los espectadores, siendo en muchos casos series que quizá durante la temporada regular no funcionarían bien. Entre las de esta temporada veraniega nos hemos encontrado con una de esas series de género, pero que a la vez resulta tan enigmática como conocidos la mayoría de sus personajes protagonistas. Hablo de 'Penny Dreadful', de la cadena Showtime, a la cabeza de la cual se encuentan los talentos dramáticos de Timothy Dalton, Eva Green y Josh Harnett, y pergeñada por John Logan y Sam Mendes.

Esta serie de horror y suspense junta en pantalla a varios personajes protagonistas de algunas de las perlas de la literatura del siglo XIX, así como algún secundario ascendido a personaje principal y los personajes de nuevo cuño. Tenemos a Malcolm Murray, un explorador británico interpretado por Dalton, a quien acompaña la misteriosa Vanessa Ives, quien guarda grandes secretos y es una poderosa médium y vidente, encarnada por Eva Green. Poco a poco se les van uniendo otros personajes, como Ethan Chandler (Joshn Harnett), un trasunto de Bufallo Bill que hace las funciones de músculo de alquiler, y el Doctor Victor Frankenstein (Harry Treadway), como experto médico.

La trama principal de la serie, que sólo sirve para apuntalar la misma como un fragil marco para explicar su existencia, gira entorno a la búsqueda de Sir Malcolm de su hija Mina Harker, quien ha sido abducida por un gran mal. En su camino, va recultando aliados y su vida y las de ellos se van cruzando con otros, como Dorian Gray (Reeve Carney), una inmigrante irlandesa llamada Brona Croft (Billie Piper), la criatura de Frankenstein, aquí llamada Caliban (Rory Kinnear), y Sembene (Danny Spani), el guardaespaldas y sirviente de Sir Malcolm.

En sí misma, la serie es más un estudio de personajes, pues el argumento principal es sólo un marco de referencia, siendo más importante la profundización en el caracter de cada uno de los protagonistas, sus motivaciones y cómo han llegado hasta donde están, así como las relaciones que se establecen entre ellos y con los secundarios. Y ahí reside el interés de la serie. Los personajes son sólidos, muy bien descritos, con sus luces y sus sombras, con su sueños y pesadillas, algo que permite empatizar con ellos y preocuparse por lo que les pasa.

A pesar de ser una serie corta, los ocho episodios de que consta dan para mucho. El metraje está bien aprovechado, aunque la conclusión de la búsqueda principal parezca un poco precipitada, pero aún así, realmente no es lo importante de la serie. Como punto a favor, dejan hilos abiertos y misterios para temporadas subsiguientes, ya que al final del último episodio, cada personaje tiene aún cosas por hacer y deja con ganas de saber qué les va a pasar. Tiene unas soberbias interpretaciones, especialmente Eva Green, quien tiene un episodio en el que la actriz demuestra que es un auténtico monstruo de la interpretación y que no debería recordársela por haber sido chica Bond, sino por sus méritos personales.

La producción, puesta en escena y ambiente de la serie es espectacular, viendo como un Londres literario, oscuro y siniestro cobra vida en la pantalla, mejorando la experiencia con cada episodio. Como dato negativo, aunque es más una advertencia, esta es una serie para adultos. Los contenidos de violencia y sexo no son adecuados para menores de 18 años. Lo cual, por otro lado, es un soplo de aire fresco, pues los momentos escabrosos lo son con motivo, no habiendo escenas gratuitas porque sí. En definitiva, una serie con la que perder el tiempo durante las vacaciones.

Puntuación

8.0

sobre 10