Recientemente publicada en EE.UU, la última Novela Gráfica Original de Marvel Comics está escrita y dibujada por Jim Starlin, uno de los autores con más talent de la industria. En esta novela, de poco más de 100 páginas, Starlin retoma a su mayor creación, por la cuál ya ha pasado al olimpo de los grandes creadores de Marvel: Thanos de Titán. Y precisamente justo a tiempo para el estreno de 'Guardianes de la Galaxia', película en la que Thanos juega un papel pequeño, pero importante.

Starlin vuelve a tomar las riendas de su mayor creación para narrar una de esas historias que tanto le gustan, con tintes cósmicos, pero que en el fondo no es más que una búsqueda introspectiva del propio propio protagonista de la historia. Aquí se ve acompañado por otro de esos personajes en los que Starlin dejó su huella firmemente marcada y que, sin él dirigiendo sus destino, se hace un personaje bastante vacuo. En esta ocasión Thanos nota que hay algo distinto con el Universo y consigo mismo, y se embarca en una nueva búsqueda para averiguar qué es y cómo rectificarlo. Que es precisamente lo que más agrada a Thanos, la búsqueda.

La historia, en el fondo, hace uso de McGuffins, para contar una historia que es un círculo cerrado, en el que los personajes emprenden un viaje para volver al punto de partida, pero cambiados. Y cambiados de una forma en la que Starlin hace posesión de los personajes que él ha desarrollado y ha hecho de ellos lo que son, desprendiéndose de lo que otros autores han hecho con ellos, a la vez que abre interesantes posibilidades de cara a contar futuras historias con ellos.

A nivel de guión, como siempre, es sólido. La comodidad con la que Jim Starlin escribe cualquier personaje cósmico de Marvel es apabullante. Tanto es así que cuando se lee a cualquier otro autor tratando esos mismos personajes, parecen maniquíes sin alma. A nivel de dibujo tenemos al Starlin de siempre, en su línea. Dibujos claros, detallados, con homenajes a sus influencias (Kirby y Ditko), con sus típicos paisajes ligeramente surrealistas cuando la ocasión lo demanda, y sus naves y alienígenas de diseño clásico, pero atemporal. El colorista y el rotulado de los bocadillos merece especial mención, pues hacen la agradable a la vista, resaltando los textos y dibujos de Starlin. Mención especial merece Andy Smith, su entintador, quien no interfiere nada con el estilo del dibujante, resaltando los pequeños detalles.

¿Merece la pena su compra? Absolutamente. No es una obra maestra, pero es de esas historias que, si te gustan estos personajes y la parte más cósmica de Marvel, resulta una lectura veraniega amena y entretenida, y que te dejará con más preguntas que respuestas ofrece. Como nota de mención, os animo a que os fijéis en cómo los personajes son dibujados a cada viñeta que pasa. Algo que acabaréis viendo claro al finalizar la lectura del volumen.

Puntuación

8.0

sobre 10