Apple sigue jugando a los refritos en su línea de portátiles por lo que el último MacBook Pro anunciado es el MacBook Pro de hace dos años pero con un cambio de procesador. Al menos en la parte baja, y solo en el modelo de 14 pulgadas. Así que este ahora se puede adquirir con el nuevo M5, que es similar al M4 en el que cambia la interfaz de memoria, sube frecuencias y probablemente haya tocado bastante más la GPU.

Es un procesador de cuatro núcleos P y seis núcleos E, con un mejorado ancho de banda de memoria al usar LPDDR5-9600 en lugar de LPDDR5-7500, lo cual le da un 27.5 % más de ancho de banda hasta los 153 GB/s. Para el uso que tiene el procesador tampoco es que se vaya a notar demasiado. La iGPU es de diez núcleos, con una potencia ligeramente superior cortesía de una nueva litografía… y poco más. Apple habla de un 80 % más de potencia de NPU, un 70 % más de potencia de GPU y un 60 % más de rendimiento en juegos que el M4, pero está por ver. La parte de CPU solo mejoraría un 20 %.

El equipo sigue siendo igual. Pantalla IPS de 14 pulgadas de buena nitidez y gran calidad de color, opción de acabado nanotexturizado para eliminar al máximo los reflejos —que realmente es un extra que no sirve salvo de mucho salvo que se use muchísimo en exteriores a pleno luz del sol—, mismo diseño, y parte de los 16 GB de RAM y 512 GB de almacenamiento.

Su precio parte de los 1829 euros.