Análisis: Aspire Vero de Acer (AV15-51-7555), su portátil más ecológico

Las compañías tecnológicas están en un proceso de repensar los procesos de fabricación de sus dispositivos, pero solo unas pocas realmente tienen algún equipo para los ecologistas del mundo tecnológico. El portátil Aspire Vero de Acer es uno de esos productos. A pesar de que su diseño no llamará tanto la atención al usar plástico reciclado para la carcasa, tiene una buena potencia para el día a día. Es una de las diversas apuestas por la sostenibilidad que ha hecho la compañía en los últimos años.

Inspección visual y características

Acer ha pensado en la sostenibilidad de todos los aspectos del Aspire Vero AV15-51-7555 empezando por la caja en la que se vende. Está hecha un 85 % de cartón reciclado. La hoja de protección del teclado y la propia bolsa del portátil están hechos de plástico totalmente reciclado. La tinta de la serigrafía de la caja está hecha a base de soja. Uno de los componentes de cartón de la caja actúa de alzador del equipo para dejar más espacio al paso de aire.

Este portátil tiene un tamaño de 363.4 mm × 238.4 mm × 17.9 mm y pesa 1.8 kg. Su carcasa está hecha en un 30 % de plástico reciclado posconsumo (PCR) lo cual reduce un 21 % las emisiones de CO₂ durante su fabricación. El acabado en color gris con motas de otros colores queda bien aunque algo rústico si se compara con un equipos hecho en metal. La superficie es rugosa, que da buena sensación al tacto. Su durabilidad será alta, como ocurre con otros equipos hechos de plástico, y al tener un acabado en mate no se aprecian las huellas de los dedos.

El teclado incluye teclas en un 50 % de PCR, con una retroiluminación en color blanco y los habituales interruptores tipo tijera. A pesar del tamaño del equipo Acer ha incluido un teclado numérico, aunque el tamaño de esas teclas es más pequeño, si bien muchos lo agradecerán. Las teclas dan una buena sensación de tecleo y me he acostumbrado muy rápido a usarlo sin casi errores de tecleo. La disposición del teclado del modelo de prueba está en inglés.

El panel táctil es agradable al tacto y es preciso, aunque el sonido que emite deja bastante que desear. Hace un ruido como si se pulsara algo barato, bastante rudimentario, y por tanto es algo a revisar si la compañía sigue queriendo hacer esta apuesta por el medioambiente. En la esquina superior izquierda hay un lector de huellas dactilares, suficientemente rápido y preciso cuando te acostumbras a él.

La pantalla es de 40 cm con una resolución de 1920 × 1080 píxeles con un brillo máximo de 250 nits. La calidad del color es buena, aunque no impresionará a nadie. Siendo una pantalla de 60 Hz, menos aún. En la parte superior de la pantalla hay una cámara web HD, de calidad decente para videoconferencias. Ese brillo de 250 nits puede hacer que la pantalla sea poco usable en exteriores en días soleados, pero en interiores no debería dar probelmas. Tiene un acabado en mate que reduce mucho los reflejos.

El procesador de este equipo es un Core i7-1195G7 sin unidad gráfica dedicada, por lo que usa la Iris Xe G7 integrada. Dispone de 16 GB de DDR4-3200 y 512 GB de almacenamiento PCIe 3.0 ×4. Hablaré más de estos componentes en sus respectivas secciones del análisis. La batería del equipo es de 53 Wh con un cargador que le acompaña de 65 W con toma tubular.

El Aspire Vero dispone de un sonido estéreo avanzado que está bien pero que tampoco impresionará teniendo en cuenta que los altavoces están en la parte inferior. Tiene un conector HDMI y uno de audio de 3.5 mm. Para datos dispone de un USB 2.0, dos USB 3.0 y un USB 3.0 tipo C. Este último es solo para datos, por lo que se echa de menos que en un portátil de mil euros no sea 3.1 y tenga implementadas las opciones de carga y vídeo. Tiene wifi 802.11ac, Bluetooth 5.1 y un conector RJ-45.

Rendimiento del procesador

El procesador de este equipo es un Core i7-1195G7 de cuatro núcleos, que a mediados de 2022 ya parece bastante obsoleto con los Alder Lake P finalmente en el mercado. Está fabricado a 10 nm por Intel, y la máxima TDP de este procesador es de 28 W aunque el fabricante puede solicitarlo hasta a un mínimo de 15 W. Está acompañado de memoria DDR4 a 3200 MHz y CL 22 que funciona a 1.2 V. Habría sido más óptimo usar la LPDDR4X a 4266 que podía usar el procesador de cara al rendimiento gráfico.

Sus cuatro núcleos con multihilo funcionan hasta a 5 GHz, aunque si están los cuatro en uso se queda en los 4 GHz, y en cargas sostenidas caerá a los 3.4 GHz. Al menos se mantiene en Cinebench R23 unos 500 MHz por encima de la frecuencia base del procesador, que son 2.9 GHz.

Cinebench R20

Cinebench R23

AIDA64

Corona 1.3

7-ZIP

En cuanto a la unidad gráfica integrada, se trata de una Iris Xe G7 funcionando hasta a 1400 MHz. Dispone de 768 sombreadores, lo que lleva su potencia de cómputo hasta los 2.15 TFLOPS. Por comparación, la Iris Xe G7 del 1135G7 dispone de 640 sombreadores a 1400 MHz con una potencia de cómputo de 1.7 TFLOPS. Tomad estos teraflops como algo orientativo porque no es un indicativo exacto de su potencia en juegos o tareas profesionales.

Puede mover juegos de deportes electrónicos a una resolución de 1080p en calidad media por encima de los 60 f/s, y a 900p bastante por encima. Me refiero a títulos como Overwatch, League of Legends o DotA 2. Además, los juegos más exigentes como Horizon Zero Dawn a calidad baja pueden moverse a 20-30 f/s a 900p. Aun así, la Radeon 8 de un Ryzen 7 5700U le gana; en algunos juegos por un poco, y en otros pro-AMD por incluso un 20-30 %. No está mal para jugar de manera casual, y tampoco para trabajo profesional ligero.

Almacenamiento

Este equipo incluye una unidad de Kingston (OM8PDP3512B-AA1) para OEM, de tipo PCIe 3.0 ×4 en formato M.2 2280. No es la mejor del mercado pero alcanza los 2500/1200 MB/s de lectura/escritura secuencial. Las velocidades de lectura/escritura aleatorias también alcanza los 150/112 kIOPS, que son cifras razonables para que el almacenamiento del equipo tenga un buen rendimiento en cualquier situación. No es la mejor unidad PCIe, no es la peor, pero dará una buena sensación de uso.

Temperaturas, ruido y autonomía

El sistema de refrigeración del Aspire Vero está compuesto por dos pequeños ventiladores y dos caloductos que van al procesador. Es muy sencillo, y tampoco se debería necesitar nada más para un procesador de solo 28 W de potencia de diseño térmico. Pero a la hora de entrar a mirarlo con más detalles hay algunas curiosidades sobre el mismo.

En carga completa los ventiladores alcanzan los 43 dBA, que no es excesivo, mientras que en reposo no se escuchará los ventiladores. Si el sistema operativo está haciendo algo en segundo plano hay bastantes probabilidades de que se empiecen a oír, pero bajo y nada molesto.

El teclado siempre estará frío se esté haciendo lo que se esté haciendo con el equipo. Lo curioso es que la temperatura del procesador en carga completa puede llegar a los 92 o 93 ºC, con una temperatura ambiente de 26 ºC (∆67 ºC). Eso ocurrirá mientras que está el modo de máximo consumo, que suele durar diez o veinte segundos en estos procesadores. Tras lo cual baja la temperatura a los 82-83 ºC (∆56 ºC). El turbo máximo en carga sostenida se sitúa en unos 3.4 GHz, que dista bastante de los 5 GHz indicados por Intel.

La autonomía es la gran perdedora en todo esto. El procesador es eficiente, pero una capacidad de 53 Wh no es que dé para mucho en estos días. En un uso ofimático, viendo algún vídeo desde internet, navegando y usando Word o Excel, la autonomía se sitúa sobre las seis o siete horas. Puede parecer mucho, pero en realidad para ser un procesador eficiente resulta poco. Hay equipos con procesadores Tiger Lake como este que superan las diez horas, y algunos que incluso llegan a las doce o trece horas con baterías de capacidad similar.

La sostenibilidad ante todo

La apuesta de Acer por el medioambiente con el Aspire Vero es encomiable, con un buen portátil como resultado. Pero poco más. El diseño en plástico reciclado está bien visualmente y es de tacto rugoso, que claramente no puede competir con los de carcasa de aluminio pero todo sea por la sostenibilidad. Aun así, es un equipo de buena fabricación, duradero y que no pesa excesivamente aunque no sea ni ligero ni un ultraportátil.

Tiene aspectos mejorables, más allá del procesador, que frente a los Alder Lake P, que ya han empezado a llegar al mercado, parece poca cosa. Pero su rendimiento será bueno para las tareas del día a día y para ciertas cargas de trabajo profesionales. Hace un ruido normal a plena carga, y su consumo es normal aunque su batería de 53 Wh junto con un procesador que consume sobre los treinta vatios a carga completa no da más que una autonomía normal. Un consumo que podría ser menor es lo menos ecológico que tiene el equipo. Con la pantalla y el resto de componentes se puede poner sobre los 50 W.

Me resulta molesto que las compañías incluyan en sus equipos conectores USB tipo C pero lo dejen como un conector de segunda. La gracia de estos conectores es que tengan los modos alternativos de alimentación y vídeo para así conectarlo a un monitor compatible con carga. Eso ahorra tener que sacar el cargador de la mochila si tienes uno de estos monitores en casa, que además siendo uno de conector tubular parece cosa del pleistoceno en pleno 2022. Por el coste del equipo, perfectamente lo podrían haber incluido.

Se trata de una buena primera versión de esta serie, por lo que tampoco quiero ser malvado con este equipo. Es un portátil que funciona bien, pero que se está pagando un sobreprecio por la componente ecológica. El tema está en que con el PVPR de mil euros se está pagando un sobreprecio de unos 300 euros sobre equipos no ecológicos normales que rondan los 700 euros. El PVP actual de 850 euros es menor, pero el de esos otros equipos ronda los 600 euros, por lo que sigue habiendo un extra ecológico de 250 euros. A ver qué puede conseguir Acer con la segunda versión que saque, si es que la saca.

Puntuación