Samsung se ha metido en el sector de las cámaras trasera con doble sensor con el Galaxy Note 8, pero su precio de 1000 euros es bastante prohibitivo para la mayoría de los mortales. El nuevo Galaxy J7+ es un modelo bastante más barato ya que cuesta sobre los 12 900 bats tailandeses, o unos 327 euros al cambio directo sin impuestos.

La disposición de cámara trasera es de 13 Mpx con apertura f/1.7 más una de 5 Mpx con apertura f/1.9, orientada esta segunda a permitir efectos de desenfoque, muchas veces llamado bokeh desenfoque en japonés—, aunque el bokeh suela ser un tipo más concreto de desenfoque antes que uno genérico. La cámara frontal es de 16 Mpx, ya que el tema de los autorretratos sigue causando furor en los países asiáticos.

Por lo demás, el aspecto del teléfono es de clon del iPhone 6, fabricado en aluminio con bordes de pantalla redondeados. Incluye botones físicos, que algunos lo agradecemos, con lector de huellas en el botón de inicio, y tiene una pantalla de 5.5 pulgadas FHD. El procesador es un Helio P20 de Mediatek, que es un procesador de ocho núcleos Cortex-A53 a 2.3 GHz, con 4 GB de RAM, 32 GB de almacenamiento y lector de tarjetas micro-SD de hasta 256 GB. La batería de 3000 mAh se recarga mediante un puerto USB tipo C.

Vía: EnGadget.