Las actualizaciones de las distintas versiones de Windows 10 siempre han causado cierta preocupación entre los usuarios, pues en muchas ocasiones los archivos y controladores dan problemas tras el reinicio del sistema. Por ello la compañía ha anunciado que habrá cambios al respecto, para que la disponibilidad del sistema sea lo mayor posible tras una actualización.

En estos momentos, el proceso de actualización incluye una comprobación de la existencia de actualizaciones, descargando lo que necesita y reiniciado el sistema, tras lo cual comienza la instalación en el equipo. Tras ello se realiza hacer una copia de seguridad de la configuración, preferencias y aplicaciones, migrar archivos y restaurar la información, instalar los nuevos archivos del sistema operativo, así como un nuevo reinicio.

La nueva versión incorpora cambios en como se realiza el proceso de instalación, moviendo algunas partes de la misma a la fase en la que se necesita conexión a Internet. A partir de ahora, el respaldo de aplicaciones, preferencias y configuraciones se hace en esta fase, así como la disposición de los nuevos archivos del sistema operativo. El resto de la fase en la que no es necesaria la conexión, permanecería igual que hasta ahora.

Estos cambios, que llegarán con la actualización para creadores de otoño, reducen la cantidad de tiempo de indisponibilidad del sistema mientras se realiza la instalación de la actualización, con lo que el usuario puede aumentar su productividad. Además, se ejecutan en segundo plano con una prioridad más baja para tener un rendimiento óptimo.

Vía: Hot Hardware.