Cuando Nokia era el mayor fabricante de teléfonos, uno de sus dispositivos superventas fue el 3310. Ese teléfono que se podía utilizar para llamar que de martillo y siempre salía indemne —bueno, casi siempre—. Un teléfono ultrarresistente que no se rompía solo con mirarlo como les ocurre a la mayoría de los teléfonos inteligentes.

HMD Global, la empresa finesa que se ha hecho con los derechos de explotación de la marca Nokia en el sector de los teléfonos, ha decidido apelar la nostalgia para vender un renovado Nokia 3310. Es un teléfono básico, en el que no veréis grandes características en él, pero ofrece lo que no pueden los teléfonos inteligentes: gran duración de batería. Los 1200 mAh que tiene —y es extraíble— se traducen en varios días de uso, 22 horas de llamadas, y un mes en espera.

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La pantalla es de 2.4 pulgadas a color con resolución de 320 x 240 píxeles, con un procesador y memoria sin especificar, con 16 MB de almacenamiento interno —sí, megas—, y expansión por micro-SD de hasta 32 GB. Solo es compatible con las bandas de 900 y 1800 MHz de GSM. Incluye una cámara trasera de 2 megapíxeles, con Bluetooth 3.0 y doble ranura SIM.

El sistema operativo es el Serie 30+ de Nokia, que no soporta aplicaciones Java como el Serie 40 u otros más avanzados, por lo que se limita a las aplicaciones de serie como Opera Mini, correo y contactos, y juegos como la serpiente, entre otros.

Estará disponible en colores rojo, azul, amarillo y gris por 49 euros —Nokia indica que el precio variará según los impuestos y aranceles de cada país, por lo que diría que es el precio sin IVA; a las malas son como mucho 59 euros—.

Vía: EnGadget.