Microsoft ha mantenido el tipo durante 2016 frente a una muy crecida Sony en el sector de las consolas, y a la espera de Scorpio después del verano, le ha parecido buena idea poner a la venta el controlador de Xbox One en dos nuevos colores. Uno de ellos es en color rojo y otro en verde, ambos en mate, con acabados brillantes en los botones de acción.

Por lo demás, son los mismos mandos inalámbricos con conector de audio de 3.5 mm que lleva vendiendo Microsoft desde hace tiempo en color negro, y alguna edición especial. La única diferencia es que esta variación de colores estará disponible de forma generalizada en EE. UU. a partir del 24 de enero, y en el resto del mundo a partir del 31 de enero, por un precio de 65 dólares.

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