Desde su llegada a España en octubre de 2015, Netflix y Movistar han tenido una disputa en torno al tráfico que genera la primera en la red de la segunda. La posición de Netflix es que no quiere pagar por usar una conexión dedicada para que los usuarios de Movistar puedan tener la mejor calidad de vídeo posible porque considera que es un problema interno de la operadora, y Movistar considera que Netflix tiene que pagarles por usar una conexión dedicada a través de su red si quiere que sus clientes reciban el mejor servicio posible.

Uno por otro, y los usuarios de Movistar vuelven a tener la peor experiencia de vídeo en el mes de octubre, además por amplio margen ya que la velocidad media de descarga de Netflix ha bajado en el mes a 2 Mbps de los 2.47 Mbps. Por comparación, el resto de empresas se sitúan en torno a los 3.65 Mbps, aunque también han iso experimentando el aumento de tráfico ya que ha descendido en algunos casos desde los 4.2 Mbps desde noviembre del año pasado.

El problema en realidad es que en comunidades autónomas como Madrid la red de Movistar va justa de caudal, y ante picos inesperados de tráfico —las noches con los usuarios viendo series y películas bajo demanda—, la red se satura. Netflix ofrece a Movistar el realizar una conexión directa con su red para evitar este problema, pero Movistar no lo puede hacer gratuitamente porque otros clientes como Facebook o Google les paga por ese tipo de conexiones directas —algo totalmente normal y necesario en el sector para empresas que generan un alto tráfico—. También el ser la mayor operadora de España implica una mayor cantidad de tráfico, pero, aun así, en esta situación los que pierden son tanto Movistar como sus clientes.

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Vía: Netflix.