Todo comenzó hace diez años cuando el MIT desarrolló una tecnología por la que, mediante el uso de ondas electromagnéticas de alta frecuencia (del rango de terahercios) junto con luz infrarroja, fueron capaces de leer la carta del interior de un sobre sin necesidad de abrirlo.

Los años pasaron y el MIT asumió un reto por el cual se proponía ser capaz de llegar cada vez más lejos y siguió desarrollando dicha tecnología, la cual hoy en días es capaz de leer páginas de libros sin ni siquiera abrirlos. Hoy día se ha logrado leer hasta una profundidad de nueve páginas y se continúa desarrollando la tecnología para conseguir aumentar el número.

Puede que no resulte una tecnología muy útil, pero si se aplica al estudio de libros antiguos, los cuales pueden contar con cientos de años y presentan un estado muy deteriorado, la posibilidad de echar un vistazo en su interior sin ni siquiera tocarlos puede ayudar notablemente a su comprensión sin interferir en su conservación.

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Vía: Techspot.