Apple ha mantenido hasta ahora un ritmo de actualización de su iPhone en una secuencia tictac: un año cambiaba de diseño, y al siguiente lo mejoraba con nuevos extras. Pero este año según los analistas se va a saltar el salto de diseño, y el motivo sería que el próximo año es el 10.º aniversario de la presentación del iPhone. Eso requeriría un iPhone tan especial como el que inició la revolución de los teléfonos inteligentes.

La compañía va a introducir previsiblemente este año mejoras incrementales, en forma de mejor procesador y cámara como es habitual, y prácticamente se va a quedar ahí la cosa. Diría que incluso es posible que el próximo año la presentación del verdadero iPhone 7 se adelantara a antes del verano, en un ciclo de vida del iPhone 2016 más corto de lo normal. Porque también se especula que el nombre del iPhone de este año no sea iPhone 7.

Esta decisión de Apple también tendría un efecto curioso en los teléfonos Android. Muchas compañías están acostumbradas a copiar el diseño del iPhone, realizando ligeros cambios, y que Apple no presente un nuevo diseño este año significa que vamos a tener otros 12 meses de clones del iPhone 6 de 2014. Un diseño ya bastante visto, salvo que a alguien se le ocurra un diseño innovador y se lleve mi dinero.

Otros cambios que introducirá en el iPhone 7 del próximo año sería la inclusión de una pantalla OLED, el lector de huellas integrado en la propia pantalla, la eliminación del conector de audio de 3,5 mm (si no lo elimina este año), un iPhone más delgado si cabe y con menos batería (perdón, quería decir con mayor duración de batería).

Apple va a perder brillo este año, con unas ventas que van a ir a la baja como ya ha ocurrido en el primer trimestre del año. Pero tranquilos, los más de 200.000 millones de dólares que tiene en el banco le dan para mantener la empresa durante años. Apple no se irá a ninguna parte.

Vía: BGR.