La morfina es el analgésico clásico más eficaz para tratar dolores agudos, aunque su efecto secundario más conocido es la adicción que crea. La búsqueda de alternativas seguras ha sido una prioridad desde hace décadas.

Un grupo de investigadores de la Universidad de Tulane, en Nueva Orleans, han desarrollado variantes de endorfinas, neurotransmisores opioides producidos por el sistema nervioso central, que son tan potentes como la morfina, pero sin los efectos secundarios habituales. Más allá de la adicción, los pacientes también crean tolerancia a la misma, necesitando dosis mayores. Esto puede ocasionar la muerte por sobredosis, así como problemas respiratorios y motores.

Las pruebas realizadas con ratas han sido prometedoras, al haber encontrado que los efectos secundarios o bien no existían o bien se encontraban reducidos. Los animales no mostraban problemas motores, ni solicitaban dosis de las endorfinas modificadas, ni sufrían descensos en el ritmo respiratorio.

Estos resultados abren las puertas a que, en los próximos dos años, puedan comenzar a realizar pruebas con pacientes humanos. En caso de tener resultados similares, podría significar una puerta a tratamientos seguros contra el dolor.

Vía: Science Alert.