Google ha presentado una nueva tableta, aunque parcialmente puesto que no se pondrá a la venta hasta poco antes de las navidades. Se trata de la Pixel C, y a pesar del nombre no incluye Chrome OS. Google se ha centrado en que cada vez hay menos diferencias entre tableta y portátil, y de ahí la decisión de haber presentado esta opción.

En realidad tampoco se puede considerar un convertible, o PC dos en uno, puesto que, bueno, no es un PC. Es una tableta con Android 6.0 Marshmallow, con todas las limitaciones que ello conlleva. Pero si se mete en el saco de los convertibles al iPad Pro, hay que meter irremediablemente a la Pixel C.

Google ha optado por el Nvidia Tegra X1 presentado en enero como centro neurálgico de la tableta. Es un procesador potente, sólo usado en la Nvidia SHIELD Android TV, con una GPU basada en la arquitectura Maxwell usada en la Serie 900 de tarjetas gráficas de Nvidia, y que llega acompañado de 3 GB de RAM y 32 GB de almacenamiento interno. El precio del modelo básico será de 499 dólares, y viendo la presentación de los Nexus de hoy, seguramente ronde los 599 euros.

Está diseñada en aluminio, por lo que por peso y aspecto da buenos resultados. Su pantalla de 10,2 pulgadas, con resolución de 2560 x 1800 píxeles (QHD+) y 500 nits de brillo, quizás no sea el mejor tamaño para trabajar con ella, pero convierten a la tableta en manejable y suficiente para trabajo básico con ella. Razón por la que creo que el término convertible no se debería de utilizar en este caso, o lo sería cualquier tableta con una tapa-teclado como los de Logitech.

Se pondrá a la venta junto con un teclado de aluminio, del que Google ha hablado maravillas y asegura que está hecho con gran precisión y con la clara intención de que sea muy cómodo de usar. Funciona también como soporte inclinable hasta un ángulo entre 100 a 135 grados. Además si se usa como tapa, el teclado se recargará por inducción. Su precio será de 149 dólares o unos 189 euros.

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