Si bien la marca más conocida por su producto estrella, la Blackberry, no atraviesa en los últimos tiempos una situación muy buena por su caida de ventas, el desastroso lanzamiento de su tablet PlayBook y la caida del servicio que diró varios días. Ahora tenemos que añadirle que sus antiguos CEOs Jim Balsillie y Mike Lazaridis han dimitido como clara muestra de la falta de expectativas de levantar la situación.

Como sucesor han nombrado a Thorsten Heins, antiguo vicepresidente de la compañía. Aun no ha desvelado cual va a ser la forma en la que piensa afrontar los problemas, pero tendría como propuesta el poder licenciar el sistema operativo a terceros fabricantes. De tal forma, la intención es la de cambiar la dirección de la empresa y alejarla de hardware para centrarse en los servicios de software.

A pesar de ello no se hasta que punto será aceptado el cambio por los usuarios, porque realmente el problema de Blackberry es que representa un modelo completamente eclipsado por la competencia. Su mayor valor era el servicio de mensajería, que en los comienzos de los smartphones, realmente marcaban la diferencia. Pero la apertura de las plataformas a terceros desarrolladores, ha abierto tanto el abanico de posibilidades que realmente los consumidores, lo que buscan es poder adaptar el terminal a sus necesidades. Por tanto, la solución a sus problemas necesitará de cambios mucho más profundos, porque su plataforma actualmente no es atractiva ni para usuarios ni para desarrolladores.