Creado por Rob Liefeld y Fabián Nicieza, Deadpool es uno de los pocos personajes creados fuera de la época clásica de Marvel Comics que ha conseguido mantener su propia serie durante casi veinte años, no sin dificultades. Debutando a primeros de los 90, en este tiempo ha pasado de ser un secundario más o menos de lujo a una gran estrella.
El personaje es conocido fuera de los cómics por su triste aparición en la película X-Men orígenes: Lobezno, la cual defraudó no sólo al público, sino al propio actor que lo interpretaba, Ryan Reynolds. Este, tratando de desquitarse, estuvo durante años tratando de sacar adelante una película del personaje que le hiciera justicia y, ciertamente, lo ha logrado.
Junto al director, y experto en efectos especiales, Tim Miller, Reynolds rodó un secuencia para tratar de convencer a los ejecutivos de la 20th Century Fox de que la película podía ser un éxito. Sin embargo, hasta que no fue filtrada, el estudio no quedó convencido, algo en lo que tuvieron mucho que ver la extraordinaria recepción que tuvo entre los aficionados. Y, vistos los resultados, se han debido de arrepentir por no haberlo hecho antes.
Traspasando la cuarta pared
En los cómics, el personaje se ha ido desarrollando a lo largo de los años. Características como sus bocadillos siempre de color amarillo, su humor absurdo, su capacidad para dirigirse al lector o la personalidad propia que tiene su discurso interior, han sido añadidas poco a poco por los guionistas que han ido pasando por la serie. Junto a la violencia salvaje que caracterizan algunas de sus paginas, todos los detalles importantes que hacen del personaje lo que es están presentes en la película.
La película no está recomendada para menores de 18 años, lo que normalmente sería un lastre en la taquilla para los ejecutivos del estudio. Afortunadamente, la violencia y el contenido sexual de la cinta, que van más allá de lo que suele verse en los cómics, son tratados sin insultar la inteligencia del espectador.
El tono de la película tiene mucho en común con Kick-Ass o Kingsman que con las diversas películas de los X-Men o el gran fracaso que ha sido Cuatro Fantásticos. Su presupuesto ha sido bastante escaso, unos 58 millones de dólares, pero ha aprovechado cada céntimo, especialmente al centrarse en escenas de acción asequibles y en la caracterización de los personajes y sus relaciones. Que un experto en efectos especiales dirija la película, hace que éste sepa cuando tiene que emplear efectos, lo cual se agradece.
La película es fiel a los cómics, aunque rebasa los límites de sexo y violencia de estos. Deadpool se mueve, actúa y reacciona como lo haría en los cómics. Además, están los personajes de la etapa de Joe Kelly, la ruptura de la cuarta pared y los detalles de metaficción de la etapa de Christopher Priest, el humor absurdo de Gerry Duggan y los diálogos frenéticos de Daniel Way. No hay fan que no encuentre su faceta favorita del personaje.
Su nombre es Pool, Deadpool
Ryan Reynolds está magnifico como Deadpool, transmitiendo comodidad. No es el caso de un actor que acepta el papel por motivos alimenticios, sino de alguien que transmite al espectador que cree en el personaje, que se preocupa por él y que se lo pasa bien. Reynolds trata de trasladar todo lo que funciona de la personalidad del personaje a la pantalla, incluyendo sus defectos. Si el actor canadiense necesitaba un personaje con el que tener un éxito garantizado, ha conseguido su objetivo.
Los secundarios hacen una extraordinaria labor. Para empezar, los dos X-Men que aparecen, Coloso y Cabeza Nuclear Adolescente Negasónica, son maravillosos. Especialmente Coloso, quien es fiel al cómic. Es un alumno de Charles Xavier en todos los aspectos, y eso se agradece, ya que no se ve en otras películas de los mutantes de la Fox. Heroico y artista, sirve como el contrapunto perfecto al egocentrismo de Deadpool. En las versiones dobladas no se apreciará el trabajo del actor serbio Stefan Kapicic, quien le pone voz en inglés.
En cuanto a Negasónica, el personaje es un lienzo en blanco, que sirve como contrapunto al optimismo de Coloso. Brianna Hildebrand hace una gran labor, con un personaje muy distinto al de su contrapartida en los cómics. Para quien sea lector habitual de cómics, los guionistas han adaptado para el nombre del personaje los poderes de otro de los alumnos de Charles Xavier.
Y paso a Morena Baccarin, quien no tendrá tanto tiempo de pantalla, pero aprovecha todos los minutos. Tiene química en pantalla con Reynolds y, aunque se ve relegada al papel de dama en peligro, por lo menos hace algo por cambiar la situación. La relación de su Vanessa con Wade es creíble, lo cual es un soplo de aire fresco. Al menos hasta que, por exigencias del guión, deja de serlo temporalmente.
El resto de actores también hacen un buen papel. Ed Skrein es un villano despreciable, plano, pero resulta en el fondo divertido. Lástima que no le den más papel. Gina Carano no tiene mucho que decir, pero se establece una buena dinámica con el Coloso computerizado, su interacción más significativa de la película. En cuanto a TJ Miller y a Leslie Uggams, tienen personajes poco desarrollados y saben a muy poco, especialmente Uggams.
Una historia sin fondo, pero entretenida
En cuanto a la trama, está cogida por los pelos. La mayor parte de la película es el primer acto, con marchas atrás y adelante para contar el origen del personaje y lo que quiere hacer en la película. El nudo es cortísimo y el desenlace es medianamente rápido, pero bien ejecutado. Realmente, la motivación del personaje para buscar al villano es una excusa obligada por el guion.
Ahora bien, lo anterior no quiere decir que no sea entretenida la película. Los guiños al espectador buscando su complicidad, la acción en su justa medida, las puyas y los diálogos descerebrados hacen justicia al personaje. Esto ayuda a que no se piense dos veces en lo débil que es el argumento, haciendo que la película se disfrute por sí misma. Además, trata de construir a los personajes principales para suplir la falta de efectos visuales y presupuesto, lo cual brilla por su ausencia en otras películas del género, lo que se agradece.
A nivel de cameos, referencias a los cómics, y fidelidad, como ya he mencionado, lo borda. Es más, aprovechando recovecos legales, esta película, gracias a su tercer acto, podría tener lugar perfectamente en algún momento entre Capitán América: el Soldado de Invierno y Capitán América: Guerra Civil. No parece tanto un golpe bajo a Marvel como a la propia Fox y demostrarle lo que se puede hacer con voluntad, esfuerzo y buenas ideas.
En resumidas cuentas, una película fresca, divertida, entretenida, que no trata de insultar al espectador, con las dosis de violencia que se espera del personaje y con casi todo lo que gusta a sus aficionados de cómo es en los cómics. Tiene la duración justa y no se hace aburrida.
Se echan en falta más medios, pero su presupuesto de 58 millones de dólares está muy bien aprovechado. Sus responsables han creído en el personaje y les ha funcionado. Y esta es la mejor lección que pueden aprender los ejecutivos de todos los estudios: el secreto de esta película no es su irreverencia, sexo o violencia, sino el respeto a los personajes y al espectador.
Puntuación
8.0
sobre 10
