Creo que no ha dejado a nadie indiferente el hecho de que J.J. Abrams vaya a dirigir el Episodio VII de Star Wars. Unos porque saben que es capaz de lo mejor (el reboot de Star Trek) y otros de enmarañarse mentalmente y fastidiar algo bueno (como Perdidos y su pésimo final).

Star Trek: Into Darkness (Star Trek: En la oscuridad) se estena en julio en España, y el futuro del reboot cinematográfico parece que está a salvo ya que, si no es seguro que dirija una tercera parte, sí que estaría presente en ella como productor. Igualmente, mantendría su presencia en otra de las franquicias de Paramount, Misión Imposible.
Como fan de Star Trek desde aquella Nueva Generación de mediados de los ochenta (nunca he tenido lo que hay que tener para tragarme la serie original), el listón en el reboot está muy alto tras la expectación que se está levantando con la segunda parte. Además, se basa en un clásico de Star Trek: una línea temporal alternativa a los hechos de las anteriores series y películas. Un reboot en toda regla, sin menospreciar lo ya hecho.
Lo que está claro es que Star Wars le va a exigir mucha dedicación, ya que se juega mucho en este Episodio VII. Esperamos sinceramente que no meta la pata como ya hicieran con los midiclorianos y Jar-Jar Bings en las nuevas películas de 1999 a 2005.