Entre las decisiones de «por mis cojones» que están tomando las compañías tecnológicas, Google ha tenido que echar marcha atrás a la decisión de evitación la instalación externa o manual de aplicaciones en Android, conocido en inglés como sideloading. Por «externa» se entiende que es fuera de la Play Store. La compañía quería que cualquiera que creara una aplicación para instalar en Android pasara por el proceso de validación de Google, pero tras cierto mantenerse en sus trece durante cuatro meses y cierta mala prensa ha tenido que dar marcha atrás.

Ahora la compañía ha dicho que no requerirá la verificación en Google —con una cuenta y proceso de autenticación— de los desarrolladores que creen aplicaciones para Android, pero que añadirá un proceso de instalación de las aplicaciones que parece que está orientado a «usuarios experimentados». O sea, que pondrá mil trabas para instalarlas, pero que al final se podrá. De todas formas esta medida estaba abocada al fracaso en la Unión Europea, así que el que la iba a revisar estaba asegurado.

Vía: TechSpot.