Tim Cook dio ayer la mala noticia, para los inversores de Apple, de que las expectativas de ingresos del cuarto trimestre de 2018, siempre el más fuerte en casi cualquier compañía tecnológica, iban a reducirse notablemente. De decir que podría ingresar hasta 93 000 millones de dólares ahora ha dicho que ingresará 84 000 millones de dólares. Es casi un 10 % menos de ingresos que, en previsión de posibles descalabros, se paralizó la cotización de Apple antes del anuncio de Tim Cook.

Y evidentemente una vez pasadas las horas e iniciada la cotización de bolsa de hoy, las acciones de la compañía se han desplomado un 10 %. Es un buen jarro de agua fría para Tim Cook y amigos, que en los últimos tiempos han disparado los precios de los iPhone hasta alcanzar niveles absurdos por un teléfono —y al que le han seguido compañías como Huawei, Google o Samsung, entre otras, a la hora de poner precios elevadísimos a los móviles—.

Aunque, eso sí, Cook no ha echado tanto la culpa al precio de los últimos iPhone —que ni lo ha mencionado— como a la fortaleza del dólar, la guerra comercial chino-estadounidense, y al programa de cambio de baterías de 30 euros que ha restado gran cantidad de ventas de iPhone nuevos. Esto último sin duda ha influido en la decisión de los usuarios de prolongar la vida útil de sus iPhone, ya que el precio anterior era de 90 euros.

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