Nos cuentan desde el Mobile World Congress que Telefónica ha desplegado una red de pruebas LTE en el recinto de la feria y otros lugares de la ciudad. Velocidades de descarga de hasta 100 Mbps promete esta tecnología. ¿Realmente necesitamos esa velocidad? ¿Realmente se va a llegar a desplegar?

Pues la respuesta a ambas preguntas es: a medias.

LTE (Long Term Evolution)

La tecnología LTE es una tecnología de acceso a la red, y todavía no oficialmente una especificación de 4G debido a algunos detalles en los que no se amolda (pero que se amoldará) a lo requerido por la ITU-R (International Telecommunication Union - Radiocommunication Section), el organismo que intenta estandarizar el sector de las telecomunicaciones. La primera red LTE se desplegó en Oslo en 2009, y aquí todavía ni la estamos oliendo.

Esta tecnología, según las especificaciones, debería poder alcanzar hasta 300 Mbps, lejos de los 100 que prometen en el despliegue las compañías (y una modificación reciente de la especificación sube esa velocidad hasta los 3.000 Mbps, ahí es nada). También incluye una reducción bastante considerable del tiempo de respuesta de cualquier paquete que se envíe (RTT, Round Trip Time), mejora la localización de móviles en movimiento (sólo aprecible a velocidades superiores a los 250 km/h, y en ciudad no mucha gente va a ir a esa velocidad), y está orientada 100 por cien al envío de datos (incluso las comunicaciones de voz) en forma de paquetes de información (simplificando el esquema de red y haciendo uso de IP).

La simplificación de la red viene producida por el hecho de que toda comunicación se trata como si fuera datos, por lo que no se necesitan, en el lado de los proveedores, equipos y redes distintas para ambos tipos de comunicaciones. Por poner un ejemplo más claro, el establecimiento de una llamada pasaría de unos 2 segundos que está actualmente, a unos 50 ms (40 veces más rápido).Y es por lo que quieren ir migrando a este sistema.

El principal problema es que la inversión realizada para desplegar UMTS en los últimos años todavía no ha sido amortizada, y difícilmente van a realizar un gran despliegue de estas tecnologías. A parte del coste de los equipos, hay que añadirle el de las licencias para usar frecuencias de comunicaciones, que no son baratas. Y además, si despliegan LTE, un sistema con menor coste de despliegue y con una mayor velocidad de acceso, haría bajar las tarifas de datos, por lo que tampoco sería buen negocio para ellos. Y tampoco el resto de la red estaría preparada para aumentar por 50 el tránsito de información por ella.

4g-lte-antenna

Efectos sobre el usuario

¿En qué se quedará todo esto? Seguramente en desplegar LTE en las principales ciudades españolas y dejar las redes UMTS en los demás sitios hasta que puedan irlas cambiando. Debido a la crisis que hay actualmente en España, no creo que se den mucha prisa, ya que los beneficios de las tarifas de datos han ido bajando en los últimos meses, haciendo menos apetecible hacer este tipo de actualizaciones de sistemas.

¿El usuario realmente necesita bajarse información en el móvil a 100 Mbps? Hay muy poca gente que necesite esas velocidades en el día a día, y se quedará más en un servicio para empresas que para el cliente normal. Además, mucha gente se empieza a dar cuenta de que sus planes de datos de 1,5 o 2GB de transferencia mensuales... simplemente no llegan a usarlos. Por eso, realmente un despliegue masivo de esta tecnología tampoco va a ser necesaria, y Telefónica intentará exprimir al máximo la inversión hecha en la red 3G.

Tampoco le veo yo con mucha prisa a Telefónica y demás operadoras por establecer la red LTE, ya que muy pocos terminales en España disponen de capacidad de acceso LTE. Ahora en el MWC se presentarán nuevos terminales con esta capacidad. Esto también les permitirá tomárselo con calma.

Conclusión

Yo no soy usuario de ninguna tarifa de datos en mi iPhone, ya que pocos días estoy lejos de un lugar con WiFi. Y si lo estoy, normalmente es porque quiero descansar de todo, incluso de los tweets y los emails. Este hecho no quita que me parezca estupendo mejorar las infraestructuras de telecomunicaciones, aunque su utilidad, por lo que he dicho anteriormente, se limite a beneficiar a las empresas más que a los usuarios de a pie.

No quita que de aquí a dentro de unos años no podamos ir en el metro viendo en streaming un vídeo de 720p desde youtube, o desde nuestro media center situado en nuestras casas, pero igual lo que tenemos que hacer cuando salimos de ellas es centrarnos más en las personas que tenemos cerca que en las que están a decenas, cientos o miles de kilómetros.