Google ha sufrido varios reveses en la Unión Europea y otros países por prácticas anticompetitivas, saliendo relativamente bien parado de las que se han llevado a cabo en EE. UU. Sin embargo, en esta ocasión probablemente salga mal parada ya que el Departamento de Justicia del país ha unido fuerzas con otros ocho estados para demandar a la compañía por prácticas anticompetitivas en el sector de los anuncios digitales. El objetivo de la demanda es que Google separe en una empresa independiente a la división encargada de gestionar los anuncios.

De ese sector proviene la inmensa mayoría de los ingresos de la compañía, teniendo una clara posición dominante. En la UE fue demandada por la Comisión Europea en septiembre de 2022 por el mismo motivo. En esta ocasión, además del Gobierno de los EUA, se unen a la demanda los Departamentos de Justicia de los estados de California, Virginia, Colorado, Connnecticut, Nueva Jersey, Nueva York, Rhode Island y Tenesí.

Según la demanda presentada, Google habría establecido cauces para «corromper la competencia legítima» con el objetivo de hacerse con el control del sector de la publicidad por internet. Eso incluye controlar las herramientas usadas por los editores y anunciantes, y el control de los brókeres de anuncios.

De esta forma Google se habría hecho con el control absoluto de las herramientas que utilizan casi todas las webs para publicar anuncios, las que usan los anunciantes, y los fondos de anuncios que emparejan editores y anunciantes cuando se se vende un espacio publicitario.

Alegan que «el plan de Google ha sido sencillo pero efectivo: 1) neutralizar o eliminar a los competidores de tecnologías de anuncios, reales o potenciales, a través de una serie de adquisiciones; y 2) usar su predominio en los mercados de publicidad digital para forzar a más editores y anunciantes a que usen sus productos a par que desbaratando su capacidad de usar productos de la competencia de manera efectiva».

El impacto que tiene la falta de competencia en este sector se resume en que los editores ganan menos por cada anuncio mostrado y que los anunciantes pagan más por ellos, evitando que aparezcan herramientas mejores que aumenten la competencia en el sector, lo que llevaría a una mayor calidad de los anuncios y unos menores costes en las transacciones.

Vía: 9to5Google.