OWC, una de las compañías de SSD y módulos de RAM más relacionadas con el mundillo de los Mac, ha procedido a un tradicional desmontaje de la nueva computadora de Apple, el iMac Pro. En este caso lo necesitan hacer para ofrecer posteriormente ofrecer módulos de RAM y SSD compatibles, y en este último caso hay que tener en cuenta que Apple utiliza su propio formato de tarjeta SSD que no es el habitual M.2.

El iMac Pro básico de 4999 dólares o 5499 euros incluye 1 TB de SSD, pero lo incluye en forma de dos SSD de 512 GB montados en RAID. Las tarjetas incluyen una cobertura que hace las veces de dispersor y evita que se pueda manipular el SSD en sí.

Puesto que incluye un procesador Xeon W, la placa base personalizada de Apple dispone de ocho bancos de memoria, para hasta 128 GB de DDR4 con correcciones de errores (ECC), necesaria para tareas profesionales de cómputo. La cantidad de RAM base que incluye es 32 GB, pero recomiendan adquirirlo con la que se vaya a necesitar.

El procesador es de tipo LGA —matriz de contactos en rejilla—, por lo que se puede sustituir por otro si se está dispuesto a desmontar el equipo entero. Generalmente en estos sistemas se suele usar los tipo BGA —matriz de de bolas en rejilla—, que los contactos son bolitas para soldarlos directamente al zócalo.

También se puede ver al otro lado de la placa base el chip gráfico Radeon RX Vega con su sistema de alimentación, que según se puede ver en la imagen de arriba y en el vídeo, ocupa gran parte de la parte derecha de la placa base. En este caso los chips incluidos en los Mac están cribados para que consuman comparativamente menos, por lo que tanto la Vega 56 como Vega 64 con las que se puede configurar el iMac Pro se quedarán lejos de los 210 y 295 W de consumo de los modelos de sobremesa funcionando en su perfil estándar.