Microsoft empieza a aplicar el rodillo en un sector que domina como es el de los juegos bajo demanda. Mantiene una prolífica cantidad de estudios de desarrollo, aunque su éxito es exiguo en los últimos tiempos por malas decisiones de desarrollo. Pero tras absorber el catálogo de Activision Blizzard estaba claro que habría cambios de precios, y finalmente los ha anunciado. Aunque dijera a los reguladores que no lo haría. El perjudicado es el de siempre: el usuario final.
Así que de entrada el PC Game Pass pierde la versión de 13 euros al mes y pasa a una única de 15 euros al mes, teniendo en cuenta que ya en 2023 aumentó el precio de 10 euros a 11 euros, y luego a esos 13 euros. Eso supone que el PC Game Pass ha subido un 50 % en dos años. Hay que darles las gracias a los políticos por esta estupenda labor que están haciendo de cara a controlar la inflación y que Microsoft no se aproveche de su monopolio.
En cuanto al Xbox Game Pass, el Ultimate sube otro 50 %, de 18 euros a 27 euros al mes, teniendo en cuenta que ya en 2023 subió de 13 euros a 15 euros, y en 2024 a 18 euros. O sea, ha subido un 110 % en dos años.
La buena noticia es que ahora hay una versión Esencial de 9 euros al mes, y otra Prémium de 13 euros al mes. El problema es que el Esencial son solo 50 juegos para Xbox y PC, y el Prémium son 200 juegos, ambos con retransmisión de juegos. La versión de PC incluye un catálogo más amplio, e incluye el EA Play, lo cual también lo incluye el Ultimate de Xbox. Se puede ver el listado de juegos en la web del Game Pass.