Que Intel ha cedido una buena parte del sector de los procesadores a AMD es un hecho desde que el Core Ultra 9 285K no pudo sacar músculo en juegos frente al Ryzen 7 9800X3D, y ni siquiera frente al Core i9-14900K de la pasada generación de Intel. Para multitarea está muy bien, y con el precio actual de los Core Ultra 200 son buenos procesadores para profesionales, aunque también para juegos con tarjetas gráficas hasta una RTX 5070 Ti, por lo que estos Core Ultra 200 tienen poco margen de cara al futuro. Sea como sea, el director financiero de Intel, David Zinsner, ha sabido aceptar este hecho en una conferencia para el Deutsche Bank.
«La hemos pifiado en el sector de sobremesa, especialmente en la parte de alto rendimiento», indicando que son plenamente conscientes de que no han tenido una oferta adecuada durante el último año. «Sin embargo, la serie Nova Lake, que es el próximo producto, la integra un conjunto de modelos más completo. Soluciona los problemas en los equipos de sobremesa de alto rendimiento», y esperan que el próximo año, en cuanto lleguen al mercado, les servirá para recuperar poco a poco el terreno perdido.
Como he dicho incansablemente, una cosa es que un procesador sea el mejor para jugar y otra cosa es que sea de utilidad para cualquier usuario. Un Ryzen 7 9800X3D junto a una RTX 5060 es tirar el dinero, que saldría por lo que cuesta un Core Ultra 7 265K y una RTX 5060 Ti de 16 GB, con una enorme ganancia neta de rendimiento en juegos. Si es para un equipo que no se va a actualizar, no habrá problema. Si se quiere actualizar la tarjeta gráfica, hay margen para QHD y mucho margen para UHD, porque un 265K se puede combinar a UHD con una RTX 4090 sin problemas.
Pero se necesita competencia en precios para que AMD baje los suyos, y es en lo que está Intel ahora mismo. Ganar cuota bajando precios beneficia al consumidor de una manera muy directa, y ayuda a Intel a deshacerse de existencias.
Vía: Videocardz.