Los procesadores Coffee Lake de sobremesa han llegado, y todos rivalizan sin problemas con los Ryzen de AMD en potencia-precio. Mejoran la potencia por núcleo de los Kaby Lake, y la adición de dos núcleos físicos adicionales a todas las gamas Core hace que los usuarios tengan más difícil el elegir entre un Ryzen y un Core de 8.ª generación. En TechSpot han analizado los Core i3-8100 y Core i3-8350K, y es un buen momento para repasar su potencia.

Si se comparan con el Ryzen 3 1200 y Ryzen 3 1300X, este último costando ahora mismo 126 € y el Core i3-8100 unos 129 euros —el primero lanzado hace unos meses y el segundo recién salido—, el Core i3-8100 saca en torno a un 10 % de rendimiento multinúcleo al Ryzen 3 1300X. El problema para elegirlo es el precio de las placas base Z370, que aunque hay uno o dos modelos que rondan los 120 a 130 euros, el resto están por encima de ese precio.

El Core i3-8350K vuelve a no merecer la pena al comparar su rendimiento con respecto al Core i5-8400. Incluso subido a 4.9 GHz como han conseguido en TechSpot —y no los 5.2 GHz que alcanza el i7-8700K—, no supera al i5-8400, como era de esperar. El Core i3-8350K es un procesador extraño del que habría que pasar discretamente de él.

En juegos, la historia es la misma. Cuatro núcleos físicos potentes del Core i3-8100 frente a otros cuatro un poco menos potentes de los Ryzen benefician notablemente al procesador de Intel. Hacen la comparación con memoria de 2400 y 3200 MHz, que en ciertos escenarios puede salir bastante beneficiado el equipo —según lo mucho o poco intenso de memoria que sea el juego—, con mejoras del 5 al 10 % de FPS con tarjetas gráficas potentes —han usado una Radeon RX Vega 64.

Esto no es nada nuevo en los procesadores de Intel, aunque en los Ryzen les afecta generalmente bastante más la velocidad de la memoria. Con tarjetas gráficas menos potentes, la mejoría será bastante menor, o incluso nula.

Como he dicho, el principal problema para comprar un i3-8100 es el coste de la placa base. Pero una B350 para los Ryzen cuesta entre 75 y 80 euros, por lo que supondría unos 40 a 50 euros más en un equipo si se quiere optar por una Z370 más un Core i3-8100. A cambio se gana más de un 10 % de rendimiento adicional, que puede ser el coste total adicional de un equipo Ryzen 3 1300X frente a uno Core i3-8100. En esta gama baja, Intel y AMD están en empate técnico.