Gigabyte cuenta con una creciente gama de placas base para los procesadores Ryzen, a la que ha añadido la AX370-Gaming K5. Es una placa de la serie AORUS para jugones, con todo lo que ello implica. Lo principal, la placa base dispone de un diseño con la placa en sí totalmente en negro, incluidas las pistas, con remates en plata y zonas de iluminación RGB personalizables.

La zona del chip de audio está protegido, y utiliza condensadores específicos de audio de alta calidad. Dispone de múltiples conectores de cuatro pines para ventiladores y radiadores, pero también para bombas de agua y tiras de ledes RGB para sincronizar su iluminación con la de la placa y otros productos AORUS. A diferencia de la X370 AORUS Gaming K7, dispone de una sola boca Ethernet, y el chip de control es un GbE LAN de Intel.

La placa base cuenta con una ranura M.2 para un SSD de hasta 22110, aunque su ubicación es debajo de la primera ranura PCIe, por lo quedará debajo de la tarjeta gráfica —que no suele ser buena idea para los de tipo PCIe 3.0 x4 con NVMe por temas de limitación térmica—. Las cuatro ranuras de memoria de la placa se pueden usar con módulos de memoria de hasta 3200 MHz.

En la parte trasera se sitúa un HDMI, un DVI-D, seis USB 3.0, dos USB 2.0, cuatro USB 3.1, uno de ellos con conector USB tipo C. Gigabyte no ha indicado el precio de la Gaming K5, aunque la K7 tiene un precio ahora mismo de 245 euros.

Vía: The Tech Report.