Uno de los mayores problemas en las comunicaciones entre la Tierra y las naves o satélites enviados al espacio es el retardo que se produce desde que se envía la señal de datos hasta que se recibe. Desde tierra hasta un satélite en órbita baja este tiempo es pequeño, pero cuando se sitúa a 35.000 km como los geoestacionarios la cosa cambia y se tarda mucho tiempo en enviar o recibir información.

Los próximos sistemas de comunicaciones de la NASA abandonarán las señales de radio en favor de una nueva tecnología de comunicación basada en la luz llamada Laser Communications Relay Demonstration (LCRD), la cual está siendo desarrollada actualmente por la NASA y que promete una tasa de transmisión de datos entre 10 y 100 veces mayor que la actual basada en radiofrecuencia. El dispositivo se denomina ILLUMA (Integrated LCRD LEO User Modem), del tamaño de un teléfono, por lo que será bastante más pequeño que los actuales dispositivos de comunicaciones de los satélites, y los chips que usan pueden ser todos impresos mediante técnicas litográficas como los procesadores actuales.

La longitud de onda de los láseres empleados en la comunicación es muchísimo más pequeña (varios órdenes de magnitud) que la de las ondas de radio, con el consiguiente ahorro de energía y mayor ancho de banda aprovechable para las señales ópticas, lo que permitiría obtener imágenes de alta resolución de forma casi instantánea, lo que facilitaría el estudio de fenómenos atmosféricos entre otras aplicaciones. Se espera que las primeras comunicaciones gracias a este nuevo sistema comiencen en 2017.

Sin embargo, no se trata del primer intento de comunicación basada en láseres. En 2013, como parte del proyecto Lunar Atmosphere and Dust Environment Explorer (LADEE), se consiguió en un enlace de comunicación con la órbita lunar una velocidad de descarga de datos de 622 megabits por segundo (Mbps) y una de subida de 20 Mbps.

Vía: Science Alert.