Disney está en proceso convertirse en la mayor destructora de franquicias en la mayor productora de entretenimiento audiovisual del mundo con la compra de Fox por 71 300 millones de dólares, pero si bien ha conseguido el visto bueno de las agencias gubernamentales que velan por la competencia le han impuesto algunas condiciones.

La más importante es que tenía que deshacerse de las veintiuna cadenas regionales dedicadas a los deportes que tenía la Fox en Estados Unidos, y ha anunciado que le va a vender esa parte del negocio al grupo mediático Sinclair, una gran productora deportiva del país.

El coste de la transacción va a ser de 10 000 millones de dólares, aunque ahora precisa de la aprobación de los reguladores estadounidenses para que Disney pueda vender a Sinclair el negocio deportivo y que pueda finalizar la compra de la Fox. Lo curioso es que esta venta se realiza antes de que se haya terminado de cerrar la compra de la Fox.

El conflicto deportivo proviene de que Disney posee la ESPN y otras cadenas deportivas, por lo que, por cuota de emisión, la adquisición de Fox crearía un trust de canales deportivos en el país perjudicando la competencia.

Vía: The Verge.