Warhammer fue el sueño de dos jóvenes que en 1981 querían comandar sus propios ejércitos en batallas de miniaturas sobre un tablero. No creo que por aquel entonces pudieran imaginar en lo que aquel juego para pasar el rato se iba a convertir, una de las mayores marcas a nivel mundial en lo que a juegos de mesa se refiere, que incluso ha llegado a saltar de los tableros a las pantallas gracias a diferentes cortos como a videojuegos. Y es el último de estos el que mejor ha conseguido recrear la experiencia de Warhammer hasta la fecha.

El brutal y Viejo Mundo

Warhammer es un juego de guerra donde dos generales comandan sus ejércitos el uno contra el otro, pudiendo elegir entre quince razas de características diferentes y con unidades únicas dentro de cada ejército donde el azar cuenta como un importante componente debido a las tiradas de dados necesarias para resolver las peleas.

En Total War: Warhammer no habrá que tirar los dados pero por lo demás el juego recoge todo fielmente la experiencia de comandar un ejército, añadiendo además el enorme trasfondo con el que cuenta el mundo de Warhammer en escenarios, héroes y diferentes unidades, pero limitando el número de razas jugables a cinco, Imperio, Orcos y goblins, Enanos, Condes Vampiro y Guerreros del Caos, aunque estos últimos solo estarán disponibles si reservaste el juego o lo compras durante su primera semana a la venta. Aunque The Creative Assembly no ha confirmado nada, estoy convencido que se verán más razas mediante contenido descargable o expansiones.

La guerra no solo se gana en el campo de batalla

En Total War: Warhammer hay dos fases de juego claramente diferenciadas e igual de importantes. La primera de ellas es el mapa general y gestión de los territorios y ejércitos, y en ella habrá que elegir el avance del ejército a los largo de las diferentes partes del mapa, las tecnologías y habilidades que desarrollar para mejorar el ejército, crear los asentamientos para asegurase un buen suministro de recursos y otras muchas tareas de gestión como se ha podido ver en anteriores entregas de la saga Total War.

Una parte importante de esta fase será la diplomacia, que contará como un factor importante a pesar de tratarse de un juego de guerra. Ser un buen diplomático te asegurará no meterte en batallas innecesarias que podrían mermar tu ejército o ganar aliados para alcanzar un objetivo mayor. Cada raza será muy diferente a la hora de comportarse en la diplomacia, y es que esta no es una palabra que esté en el lenguaje de los orcos.

Ponte al frente de tu ejército

Pero cuando las palabras fallan es la hora del acero, y las fases de batalla serán el núcleo de Total War: Warhammer. En ellas habrá que conocer al enemigo, sus fortalezas y debilidades, sus batallones, y saber elegir tus unidades en función de dichos conocimientos, como se suele decir, no es muy inteligente llevar espadas a una fiesta llena de arcabuces. También será importante conocer y dominar el terreno de batalla, las colinas por ejemplo ofrecerán una posición estratégica desde la que dominar el campo de batalla con un ejército de disparos.

Entre las unidades que se pueden elegir se encuentran muchas que se pueden ver en los ejércitos del juego de mesa y también algunas nuevas. La variedad incluye desde infantería básica como especializada, batallones de arqueros, caballería (e incluso aérea), máquinas de guerra, magos, bestias gigantes y monstruos como dragones o grifos, y los llamados héroes, poderosos comandantes que inspiran a sus ejércitos con su sola presencia y que cuentan con poderosas habilidades y armas que podrán inclinar la balanza de un lado u otro

Merecen una mención especial los vientos de la magia, las energías que proveen de poderes a los hechiceros del Viejo Mundo variarán de una batalla a otra e influirán a la hora de elegir la composición de nuestro ejército. Unos vientos de la magia soplando a pleno pulmón pueden hacer que el hechicero del ejército sea una máquina de matar.

Requisitos

Requisitos Mínimos

Con la configuración gráfica baja predefinida por defecto se prevén entre 20 a 25 FPS en el mapa de campaña y en las batallas 1 vs 1 con 20 unidades.

  • Sistema Operativo: Windows 7 64Bit
  • Procesador: Intel Core 2 Duo 3.0Ghz
  • Memoria RAM: 4 GB
  • Disco Duro: 35 GB
  • Tarjeta gráfica: (DirectX 11) AMD Radeon HD 5770 1024MB o NVIDIA GTS 450 1024MB | Intel HD4000

Requisitos Recomendados para PC

Con la configuración gráfica alta predefinida por defecto se prevén entre 45 a 55 FPS en el mapa de campaña y en las batallas 1 vs 1 con 20 unidades.

  • Sistema Operativo: Windows 7/8.1/10 64Bit
  • Procesador: Intel Core i5-4570 3.20GHz
  • Memoria RAM: 8 GB
  • Disco Duro: 35 GB
  • Tarjeta gráfica: (DirectX 11) AMD Radeon R9 270X 2048MB o NVIDIA GeForce GTX 760 2048MB @1080P

Configuración para 60 FPS o más

Con la configuración gráfica ultra predefinida por defecto se prevén unos 60 FPS en el mapa de campaña y en las batallas 1 vs 1 con 20 unidades.

  • Sistema Operativo: Windows 7/8.1/10 64Bit
  • Procesador: Intel Core i7-4930K 4.0GHz
  • Memoria RAM: 8 GB
  • Disco Duro: 35 GB
  • Tarjeta gráfica: (DirectX 11) AMD Fury X o Nvidia GTX 980 @1080P

Si eres jugador del juego de mesa este juego es imprescindible ya que te permitirá vivir toda la experiencia de Warhammer sin tener que sacar a pasear tus miniaturas de casa (arriesgándote a que alguna se despegue en el trayecto) y pasar un buen rato montando el ejército y la escenografía. Pero si no lo eres y te gusta la estrategia, aquí vas a tener diversión para rato ya que el juego sigue las bases de todos los Total War, juegos que han refinado la fórmula de la estrategia durante años. Seas del tipo que seas, Total War: Warhammer es un imprescindible en tu biblioteca de videojuegos.