Qualcomm anunció el año pasado el Snapdragon 8 Elite, y este año mágicamente ha anunciado el Snapdragon 8 Elite Gen 5. No sé a dónde habrán ido las otras tres versiones, que igual me he quedado dormido mucho tiempo, pero quizás sea por alinearlo con el año en curso. Sea como sea, este procesador vuelve a integrar los núcleos Oryon de la compañía, pero en esencia es el mismo procesador, pero beneficiándose de la litografía de 3 nm mejorada de TSMC en lugar de la de 3 nm usada en el modelo anterior.

La configuración de la CPU es de un clúster de dos núcleos hasta a 4.6 GHz y otro clúster de seis núcleos hasta a 3.6 GHz. Ofrece un 20 % más de rendimiento y un 35 % menos de consumo a mismo rendimiento que la generación anterior. La GPU también aumenta poco, solo vía litografía, con una mejora del rendimiento del 23 %, con un 20 % menos de consumo a mismo rendimiento que la generación anterior, y los núcleos de trazado de rayos mejoran un 25 %.

También indica que en general la litografía nueva permite una media de 16 % de ahorro de consumo, así que la arquitectura en sí de este procesador no habrá sufrido grandes cambios. Ha añadido más de potencia a la NPU, un 37 % según la compañía, para ejecutar lo que va a estar de moda, los agentes de IA, en el propio dispositivo. Que eso es que una IA pueda interactuar con el mundo real en tu nombre, y más vale que no se equivoque o que el sistema no tenga fallos porque te dejaría la cuenta bancaria a cero. Bueno, el sistema de pagos de los agentes de IA va por separado, pero en un futuro podría ocurrir.

El chip incluye Wi-Fi 7, Bluetooth 6, NFC y 5G, con velocidades de hasta 12.5 Gb/s de descarga. El módem está mejorado, lo justito con un Snapdragon X85 y el FastConnect 7900, con una reducción de consumo que es lo que aportan en esta generación, que aunque pase de la primera a la quinta es una versión poco interesante y con pocos cambios reales que no tengan que ver con la litografía.