Las sillas son una pieza angular para estar a gusto delante del PC, y es un sector que ha expandido mucho las marcas y modelos que abarca. Para el sector jugón intentan dar un diseño más ergonómico, con un aspecto bastante característico, por lo que al final las diferencias suelen estar más centradas en la calidad de los materiales usados, lo cual determina el precio final, y en los pequeños detalles. La TC100 Relaxed de Corsair es una de esas sillas que intentan apelar al público más general posible haciendo equilibrios en sus características.

Desembalado y características

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La TC100 Relaxed llega en una enorme caja que supera los 25 kg, pero se puede mover y manipular sin excesivos problemas. Al abrirla me esperaba encontrar al menos una hoja donde explicara el montaje, pero no he encontrado nada. Tampoco es que sea algo difícil de montar. Como todas las sillas, solo precisa de un montaje mínimo de unos minutos. Se tarda mucho más en desembalar todo para montarlo que en el montaje en sí. La guía de montaje se puede consultar en la web de Corsair.

Todas las piezas vienen debidamente protegidas por plásticos y bolsas, quizás un poco en exceso en los tiempos que corren de reducción del uso de plástico. Las piezas incluyen el asiento, el respaldo, la base, las cinco ruedas, el pistón, tres piezas de distintos tamaños para la cobertura de plástico, la pieza metálica para unir el asiento con el pistón la cual incluye el regulador de altura, los dos brazos, y cuatro coberturas de plástico para la zona de fijación de los brazos.

Se incluyen en un blíster los tornillos y la herramienta de montaje. Como extras de esta silla hay un cojín para el cuello y otro para los riñones, con elásticos y cierres para fijarlos a través de las aberturas de la parte superior del respaldo, como es habitual en muchas de estas sillas. Para mi altura, metro noventa y con un peso de 85 kilos, no me he encontrado en la necesidad de usar ninguno de los dos cojines, pero tampoco han venido mal en situaciones concretas.

En cuanto al montaje, no hay mucho que decir al respecto. Es rápido y sencillo. Se ponen las ruedas en la base, se pone el pistón encima y luego las coberturas de plástico, se quita el tapón del pistón como está claramente indicado. Luego se atornilla la base metálica al asiento así como los reposabrazos, y se pone el conjunto encima del pistón. Solo queda atornillar el respaldo al asiento y atornillas las coberturas de plástico que tapan la zona de atornillamiento del respaldo. Listo.

El modelo recibido para el análisis es el de polipiel, que no es lo más conveniente para zonas donde el verano aprieta salvo que se tenga aire acondicionado en casa. Queda más bonita que el modelo alternativo en tela, pero como el sudor toque la silla se desgastará rápidamente. Eso sí, es más fácil de limpiar con el producto adecuado, pero aun así la polipiel es más para zonas más frescas todo el año como las del norte de España y no tanto para Madrid, y mucho menos para el sur.

Aun así, la silla incluye zonas agujereadas para favorecer la transpiración, pero es hacia los lados. En la zona central tras varios días de uso suelo notar cierto calor, que con la casa a unos 24 grados no viene del todo mal, pero como digo la polipiel no es para el verano. No sabría decir si esa transpirabilidad va a funcionar bien en pleno julio teniendo en cuenta que he hecho el análisis a finales de noviembre. La zona que no es transpirable es una sección central, pero que por pequeña que sea me genera cierto calor.

La calidad de construcción general es bastante buena, con buenas costuras y acolchado, lo cual la hace bastante cómoda de usar. El asiento es muy amplio, con 54 cm de ancho —aunque entre los rebordes laterales hay unos 36 cm—, mientras que la altura del respaldo es de unos 81 cm, la cual tiene una estructura de acero. En su parte superior hay dos aberturas con plástico a su alrededor que es por donde irán las cintas de los cojines. La profundidad del asiento es de 38 cm, por lo que no va a ser un

Corsair indica que es una silla cómoda para una altura máxima de 188 cm y para un peso de hasta 120 kg, cortesía de su pistón de grado 4. Se puede regular la altura con una diferencia de diez centímetros, lo cual deja al asiento entre los 45 y 55 cm de altura. La silla también se puede reclinar mucho, hasta dejarlo en 160º, por lo que se puede estar prácticamente acostado en ella. Por aquello de descansar tranquilamente entre partidas. Las primeras veces que echas el respaldo atrás parece que te vas a caer, pero es muy estable.

Los reposabrazos solo permiten el ajuste en altura unos diez centímetros, y un centímetro de hacia dentro o fuera dependiendo de cómo se atornillen a la base. Las ruedas de la base tienen un diámetro de 6.5 cm. Es una silla que desliza muy bien. La he usado sobre parqué, y no ha dejado marcas de ningún tipo. La palanca del asiento permite bloquear el movimiento. El ajuste de altura va suficientemente suave. En la parte inferior hay una rueda que permite ajustar la tensión de inclinación del respaldo para evitar que se menee de más el respaldo.

Una silla cómoda para relajarse

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El sector de las sillas para jugones está centrada en una cierta estética y en que deben ser ergonómicas. A partir de ahí las calidades de los materiales y sus prestaciones y extras son lo que determinan su precio. Si quieres una simple silla ergonómica de respaldo bajo, entonces tienen modelos que por 200 euros son estupendas. Pero no tienen esa estética que quieren los jugones, o que al menos las compañías creen que quieren.

Digo esto porque realmente la TC100 Relaxed realmente no destaca en nada en especial. Es una silla para jugones que cuesta 200 euros, y cumple perfectamente con lo que se puede esperar de una silla de este precio y tamaño. De hecho, cumple más que bien para su precio… pero no deja de ser una silla de 200 euros.

No permite un ajuste 3D de los reposabrazos —o incluso abatirlos para quitarlos fácilmente de en medio—, y la superficie superior de estos es plástico que sirve para su cometido, pero por la mesa que uso me gusta que se y la calidad de los materiales es buena, pero no excepcional, y los remates de las costuras, aunque buenas, no se acercan a las que tienen sillas que cuesta el doble o el triple. La piel sintética usada en este modelo concreto es de buena calidad, pero no es excepcional o te tendrían que cobrar el doble. El cuero no me gusta para las sillas por el tema del verano, y cuestión aparte quedaría saber lo rápido o no que se deteriora con el roce o con el sudor. Son puntos que solo el tiempo lo puede decir.

El asiento es cómodo, pero me habría gustado un toque extra de mullido, aunque me he pasado horas y horas durante una semana sobre ella sin que realmente me duela nada. El terreno de la ergonomía, al menos para mi altura, está bien cubierto, el cojín lumbar me ha ayudado a poner la espalda en una posición más natural; el del cuello solo lo he usado puntualmente.

Que el respaldo se pueda reclinar tanto, ciento sesenta grados, es probablemente lo que mejor me ha parecido, porque tengo tendencia a procrastinar delante del PC, y eso implica alguna cabezadita de vez en cuando, que es donde me ha venido bien el cojín para el cuello incluido. Necesito una silla cómoda para ello, y esta lo es.

La regulación del respaldo es buena y se queda bien fija cuando ajusta la rueda inferior que tiene para ello. No he notado grandes bamboleos cuando estoy medianamente quieto en ella, ni ningún ruido extraño. Si puedo decir algo de esta silla es que es generalmente cómoda y ergonómica, por lo que cumple con su objetivo principal a la perfección. Se está pagando lo que se está pagando por esta silla, pero creo que agradará a la mayoría de los jugones con presupuestos contenidos para una silla, y como buen regalo de Navidad puede ser una buena elección. Los más sibaritas la encontrarán falta de varias cosas, pero eso es entrar ya en sillas más caras.

Puntuación

8.0

sobre 10