Puede que las nuevas tarjetas gráficas para portátiles sean refritos de lo que ya tenía en el mercado, pero Nvidia ha intentado mejorar su rendimiento colaborando con los fabricantes de portátiles para mejorar la electrónica que emplean. Eso ha llevado al anuncio del turbo dinámico (dynamic boost) que implementan ciertos portátiles que usan las nuevas GeForce RTX 20 Super de movilidad.

Lo primero que hay que decir es que es la versión de Nvidia del SmartShift anunciado por AMD para los portátiles que utilicen en el equipo un procesador Ryzen y una tarjeta gráfica Radeon. Pero en este caso, la solución de turbo dinámico de Nvidia se puede conjugar con un procesador de Intel o AMD, por lo que será más versátil.

El funcionamiento viene a ser el mismo. Los portátiles se diseñan con una potencia de diseño térmico (TDP) que van a refrigerar, y en muchos casos está compartida por el chip del procesador y la tarjeta gráfica. Si un portátil tiene una refrigeración de 115 W de TDP, se asigna 35 W a la CPU y 80 W a la GPU, sin posibilidad de variación.

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Eso resulta ineficiente porque hay situaciones en las que el procesador no alcanza esos 35 W y habría una ventana de oportunidad para aumentar la TDP de la tarjeta gráfica. Ahí es donde entra en juego el turbo dinámico, ya que el sistema asignaría a la tarjeta gráfica un extra de, por ejemplo, 15 W de TDP para que pueda mejorar el turbo de la GPU o sostenerlo durante más tiempo al pasar de 80 W a 95 W, mientras que el procesador pasa a tener 20 W de TDP. La traducción de TDP a consumo suele ser uno a uno en estos casos.

En este caso es necesario que los fabricantes de portátiles mejoren los circuitos reguladores de voltaje de las CPU y GPU para tener en cuenta esta posible variación dinámica. También precisa de cambios en el BIOS y otro firmware de los dispositivos implicados, pero es agnóstico del procesador. Por eso es una característica opcional y que por tanto no estará presente en todos los equipos que se pongan a la venta con las nuevas tarjetas gráficas de movilidad de Nvidia.

La otra característica que mejora la compañía es Optimus, que es la tecnología que permite cambiar al instante en la salida de vídeo entre la unidad gráfica integrada en el procesador y la tarjeta gráfica dedicada. Se realiza a través de un controlador de pantalla, con la intención de disminuir el consumo del equipo y prolongar la autonomía ya que la tarjeta gráfica dedicada, incluso en reposo, consume más que la integrada del procesador.

Ahora la tecnología Optimus va a funcionar sin problemas con el módulo G-SYNC de los portátiles, que hasta ahora no era posible ya que las unidades gráficas integradas de Intel y AMD no son compatibles con G-SYNC. El nuevo conmutador (multiplexor) dinámico de pantalla va a permitir esa activación y desactivación al vuelo de G-SYNC en función de si Optimus tiene activa la gráfica integrada o la discreta, así como paneles de hasta 4K y 120 Hz. También se reduce la latencia de usar un controlador de pantalla ya que el cambio de Optimus no era instantáneo, pero con el nuevo multiplexor sí que lo es.

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Vía: AnandTech.