Dentro de los grandes fracasos de 2023 del sector de los videojuegos, que no fueron pocos, se encuentra Redfall. Un título lanzado a medio cocinar, falto de contenido y malo en general, pero eso sí, muy diverso. El sector está sufriendo las consecuencias de centrarse más en implementar agendas políticas que en lanzar buenos juegos. Tras miles de despidos, cierres de estudios y compraventa de los mismos en todo el sector, Microsoft ha optado por recortar aún más sus estudios de videojuegos con el cierre de cuatro que pertenecen a Bethesda.

Entre ellos el de Redfall, Arkane Austin, así como Tango Gameworks (Hi-Fi Rush, The evil within, Ghostwire), Alpha Dog Games (Mighty Doom, juego de móvil que cierra el 7 de agosto) y Roundhouse Games, aunque este último va a pasar a su personal a ZeniMax Online Studios para desarrollar The Elder Scrolls Online. Microsoft va a priorizar los títulos de «alto impacto», que son los de siempre.