En las últimas semanas ha habido cierto runrún debido a informes de ciertos usuarios de procesadores Core de 13.ª y 14.ª generación asegurando que había problemas de estabilidad en sus equipos. Con tarjetas gráficas potentes, como la RTX 4080, la CPU no podía mantener el tipo y provocaba tirones. No ocurre de manera general ni en todos los juegos, por lo que Intel ha estado investigando el problema. Ha concluido que el problema recae en los fabricantes de placas base.

El problema se da principalmente con los procesadores desbloqueados para sobrefrecuencia (overclocking) ya que cuando el BIOS los detecte suele activar perfiles específicos de funcionamiento con mayores límites de consumo. Nada fuera de lo común porque se hace así desde hace años o décadas. Esta forma de exprimirlos es lo que diferencia una placa base de un fabricante de otra de otro fabricante.

El comentario público de Intel llega después de que los fabricantes de placas base hayan empezado a modificar la gestión de energía para estos procesadores, en lo cual se incluyen los S de sobremesa y los HX de portátiles. Intel hace referencia a que solo se dedica a establecer los parámetros de consumo y funcionamiento general de los procesadores, pero que luego los fabricantes de placas base pueden modificarlos para ver cómo pueden mejorar el rendimiento. Pero al final es un funcionamiento fuera de especificaciones del que Intel se lava las manos.

Asegura que solicita a los fabricantes que se atengan al funcionamiento por defecto y que luego sea el usuario el que active o no las capacidades de sobrefrecuencia para su procesador específico. Los fabricantes no suelen atenerse a ello, o no podría diferenciarse realmente una placa base de otra, ya que muchos usuarios nunca llegan a entrar al BIOS de sus equipos. Intel ha indicado que en mayo publicará los ajustes del BIOS recomendados para sus procesadores.

Vía: WCCFTech.