Google sigue invirtiendo en sacar adelante su proyecto de portátil económico basándose en el sistema operativo Chrome OS de su propia cosecha. Poco tiene ya que ver con aquella versión que no era más que un navegador y que necesitaba conexión a Internet obligatoria para funcionar. Lo demuestra que ha conseguido vender 1 millón de Chromebooks (o más bien los fabricantes de estos portátiles) al sector educativo.

Pero es a lo máximo que de momento puede aspirar Google con su Chrome OS: llegar a los sectores que no necesitan aplicaciones más específicas para funcionar. Esos y a los consumidores que no tienen ya una tableta, que prácticamente comparten potenciales usuarios. Además, dentro del sector educativo no puede aspirar, por ejemplo, a hacer una incursión en las escuelas de igeniería, ya que necesitamos programas como Matlab, Eclipse, sin contar con otros muchos de CAD y programas de desarrollo (y para áreas más específicas) que no llegarán nunca a otro sistema que no sea Windows.

Google puede aspirar a que aquellos con necesidades básicas como navegar por internet, consultar el correo, ver películas, usar Office (la reciente actualización de Docs tiene compatibilidad con documentos de Word), y algunas tareas básicas de diseño o programación. Que son exactamente las mismas que se pueden realizar con una tableta, con mucha mayor portabilidad y mejores prestaciones en cuanto hardware (por ejemplo la pantalla), y que el ser táctiles siempre es un extra para manejar ciertas aplicaciones y juegos.

Por mucho que haya discusiones de gente pro Chromebooks y anti Chromebooks, la realidad es que ni uno ni otro bando tiene uno. Un pro Chromebook dirá que el otro bando no tiene ni idea de lo que pueden hacer, pero lo dirá sin haberse comprado uno. Por que lo cierto es que, fuera de ese entorno educativo, muy poca gente está comprando un Chromebook.

Su ventaja es que tienen un precio de 200 dólares o menos. Pero con la llegada de los portátiles Windows por ese precio, y tabletas por 99 dólares que pueden hacer lo que hacen los Chromebooks y mucho más, ¿qué hueco tienen en el mercado estos portátiles de Google? Poco. Muy poco.

Pero el problema de fondo realmente es que los consumidores quieren el mejor producto para la inversión que van a hacer en dinero. ¿Comprar un portátil con amplias limitaciones, que se pueden hacer evidentes si no queremos pasar por el aro de Google? Pues sin Skype ya no es útil para muchos. Sin Firefox, tampoco. Sin poder instalarte algún juego de pocos requisitos gráficos tipo DotA 2 para el sector gamer tampoco.

Igual diréis que es mejor por portabilidad, pero es que ese caso ya lo cubre una tableta. No creo que nadie se compre un Chromebook como equipo principal, y tampoco como secundario teniendo ya un portátil con Windows. Así que esto reduce a los geeks como nosotros su compra, pero como equipo de pruebas o para trastear. ¿Para el usuario medio? Poco uso van a tener para un Chromebook.

Vía: TechCrunch.