Dungeons & Dragons siempre será el primer juego de rol, y un clásico recurrente en las mesas de juego de todo el mundo. Aunque la 4ª versión del juego no haya tenido el mismo tirón que las anteriores, con la 2ª llamada AD&D como la época dorada, no puedo dejar de mencionar el 40 aniversario de su primera edición.

Los primeros 1.000 ejemplares se pusieron a la venta el 26 de enero de 1974 bajo el sello de TSR, y tardó unos meses en agotar la primera tirada. A 10$ de la época por ejemplar, no era barato hacerse con una copia. Los siguientes 1.000 ejemplares, puestos a la venta en enero del año siguiente, también se agotaron rápidamente. Para que os hagáis una idea, sería la tirada de cualquier suplemento de juego de rol en España, al menos cuando trabajaba en la industria rolera hace unos 10 años.

En aquellos tiempos, y desde principios de los noventa, mi gran pasión era hacerme con todos y cada uno de los suplementos de D&D en los que se ponía mi mirada. En las estanterías todavía tengo primeras ediciones de ambientaciones como Dark Sun, y alguna menos conocida como Spelljammer, pasando por el mundo clásico de Greyhawk. De hecho tengo que agradecer a los juegos de rol que hoy en día sepa inglés por que fue con los que fui aprendiendo cuando tenía 10 años, con el diccionario casi constantemente en la mano. Seguro que a muchos os sonará eso, ¿verdad?

Entre unas cosas y otras, quizás malas decisiones empresariales, a la vieja TSR se le acabó el fuelle a mediados de los 90 y Wizards of the Coast, con Richard Garfield forrado de dinero gracias a las cartas de Magic: The Gathering, decidió comprar la compañía. Posteriormente se vendió a Hasbro, pero las cosas no fueron las mismas con la llegada de la 4ª versión. Este año debería publicarse la 5ª versión, que esperemos sea una vuelta al espíritu original.

Sea como fuere, Dungeons & Dragon tiene 40 años y nos ha dado grandes momentos en las partidas que hemos participado, y grandes juegos aunque no se hayan convertido en realidad (me encantaba Cyberpunk 2020, pero está claro que no vamos a llegar a ese año con megacorporaciones e implantes cibernéticos). Esperemos que tenga otros 40 años por delante.